Aprendiendo a hacer blanco en la diana de la música de la mano de Javier Andreu.
28 de diciembre. Javier Andreu toca esta noche en el Figaro Cafe; Acudo sola como “La Llanera Solitaria” no me importa, así me es más fácil comulgar con la música. El concierto supera con creces mis expectativas. En medio de un ambiente entrañable algo así como estar “entre amigos” en el salón de tu casa, Javier Andreu, armado con dos de sus mejores armas, su guitarra y su potente y personal voz, acompañado por el genial Vicente Perelló Oliver a la percusión, dispara ráfagas de inmortales temas a nuestros pies, haciendo bailar hasta a los que están sentados. Los temas se suceden llenando el local con sus historias, reales o ficticias. Soberbio el final de “Tren de Media Noche” por mencionar solo uno, donde la guitarra “coge vapor “y se acelera vertiginosamente llevándonos lejos, a esos parajes fronterizos donde escapa el alma errante. Un delicioso cóctel de sonidos que me hace viajar a través de los recuerdos. Contengo las lágrimas con uno de los temas; sonrío con otros; disfruto con todos. Llego a casa con las pilas cargadas de vida, la se genera con todo lo que la hace especial. Escribo una crónica. Me proponen hacer una entrevista. Lleno el cargador del “colt” de preguntas y Javier de respuestas, junto a él disparo a la diana de la música. Las respuestas del maestro son balas directas y certeras al blanco.

¿Recuerdas la primera vez que cogiste una guitarra real o ficticia?
Javier A. -Mi primera guitarra fue un aparato con cuerdas metálicas que servía para para cortar huevos, (risas) Mas tarde, mi abuelo me regaló mi primera guitarra.
Javier A. -Mi primera guitarra fue un aparato con cuerdas metálicas que servía para para cortar huevos, (risas) Mas tarde, mi abuelo me regaló mi primera guitarra.

Javier A. -Imagínate . Música da da . Improvisaciones.
¿Recuerdas en qué momento la música dejo de ser un juego?
Javier A. -Para mi siempre ha sido un juego bien remunerado.
Hay artistas que solo interpretan, en tu caso compones también. ¿El compositor nace, se hace o ambas cosas?Javier A. - El compositor nace de un tipo de vicisitudes. Hay gente que nace con oído, sensibilidad o ritmo. En mi caso alguna de estas cosas me vino dada quizás a nivel genético, por parte de mi padre que era un buen músico y la sensibilidad de mi madre.
Grupos como The Clash, recogen en sus temas toda la esencia de las calles del Londres de su tiempo. En muchos de vuestros temas recogéis la esencia del viejo Oeste. En una época en la que se hacía de todo ¿qué motivo a Javier y a “La Frontera” a encarrilarse en esta línea de corte rock-country tan personal.
Javier A. -La verdad es que fue y sigue siendo divertido hablar en clave del Oeste de cosas tan íntimas como la amistad y la vida. Es como un juego, supongo que influido por las montañas de mi niñez en Cercedilla, las películas de Sergio Leone y Bob Dylan.
¿Con quién o qué banda, sin compartir estilo musical, te hubiese gustado o gustaría subir al escenario aunque solo fuese por experimentar o divertirte?
Javier A. - Una de las personas que más admiro y que me encantaría compartir escenario con ella es Jhonny Winter y como no, el maestro Santiago Auserón.

La versión de “Tainted Love” de Sofl Cell cara “B” del single, sorprendió catapultándose a las lista de éxito. En tu caso ¿hay algún tema que sin apuntar dio en el blanco?
Javier A. -Supongo que “El límite”. No tenía ni idea que pudiese llegar a tantas personas estando compuesta solamente para una: José Battaglio
¿Qué dispara la bala de la creatividad en Javier?
Javier A. -El amor y el desamor.
La primera vez que escuche el tema “El Pantano” casi puede tocar el agua; es increíble como vuestra música nos transporta a diferentes lugares, recreando los espacios y ambientes que se generan en torno a una situación con las notas, como pocos artistas son capaces. Si tu carrera hubiese derivado hacia la pintura y te tocase dibujar con colores, formas y volúmenes en vez de con notas, ¿en qué estilo la hubieses encuadrado?
Javier A. -En un cuadro romántico del Siglo XVIII , con toda la niebla y tristeza del mundo. Algún pintor francés de la época . La canción no tiene nada de abstracto. Es la historia de un asesinato . Ficticio.
La primera vez que escuche un CD me dejó helada, sí, una gran calidad de sonido pero ¿dónde estaba esa fantástica y cálida atmósfera que envolvía al vinilo? ¿Qué aportó para ti, el formato CD a la música y de qué nos privo al desaparecer el vinilo?
Javier A. -La desaparición del vinilo fue una auténtica catástrofe tanto a nivel cultural como económico. A nivel cultural porque se ha perdido el romanticismo de ahorrar para conseguir las canciones que querías, sacar el disco de la funda, admirar la obra de arte que es ... En definitiva adorarlo. Hoy en día con las descargas gratis la gente tiene facilidad absoluta de tener toda una enciclopedia musical que en muchos casos ni se valora ni se escucha porque no ha costado esfuerzo conseguirlo. A nivel económico , cantidad de pérdidas de puestos de trabajo.
Los artistas y vuestra música, no solo sois una forma de ocio, hay varios ejemplos de movimientos musicales que han abanderado nuevas causas, una especie de pegamento cultural, que nos unía en torno a una idea o sentimiento común. Una necesidad que hoy en día se suple muchas veces a través de la red con mensajes teñidos de imágenes que aglutinan nuestras emociones ¿sientes que eso sigue siendo así o ha perdido la música ese poder?
Javier A. -En los ochenta la música estaba por encima de la industria del automóvil y era el catalizador de todas las emociones de la gente, tanto joven como adulta . Hoy por desgracia es el fútbol.
El directo es imprevisible, surgen improvisaciones y el hecho de tocar con gente distinta en momentos distintos genera que cada tema sea único. ¿Cómo se enriquece una grabación en vivo? ¿hasta que punto llega a recoger toda la sinergia que se genera?
Javier A. -Simplemente a la hora de grabar un concierto en vivo, que es lo que vamos a hacer con la conmemoración de los treinta años que llevamos, vas vendido. Todo es cuestión de que salga bien y ahí está la gracia. En las grabaciones en vivo lo más interesante son los fallos . Por eso son únicas e irrepetibles. Esperamos contar con Carlos Narea y con Santiago López para este cometido . Con ellos saldrá todo perfecto.
A la hora del directo ¿en qué tipo de escenario te sientes más cómodo? “disparando a ciegas con un “colt” en cada mano” o en un “duelo a corta distancia”, donde las miradas se cruzan?
Javier A. -La verdad es que me he acostumbrado a hacer todo tipo de shows y me siento siempre como pez de el agua.
¿Hay algún tema guardado en la recamará con el que nos sorprenderás en ese próximo proyecto?
Los grandes temas, siempre son una fuente de la que beber. Desde ese primer trabajo hasta ese último y personal “Rivas Creek” más lo que falta por llegar ¿qué legado sientes que dejará tu música a las generaciones posteriores de artistas?
Javier A. Supongo que retomaré algunas clásicas que no solemos hacer y varias del último disco “Rivas Creek”.
Javier A. -Pues el legado de la honestidad, de la ficción, de la realidad y de la diversión.
Y una última muy personal: ¿has encontrado la tecla del cerebro que conecta con el alma a través de tu música?
Javier A. -Creo que cada canción tiene su espacio y su tiempo según el momento y la manera de ser de la persona que la escucha .
Acudo a un segundo concierto. Esta vez en formato trío y con Tony Marmota al bajo. Los temas se visten de rock y sin dar tregua, con un “cañero” despliegue de diversión, “La Frontera” hace gala de su lado más autentico con contundencia y aplomo. Como bien remarca Javier, es lo grande del directo, no hay dos momentos iguales.
Hay artistas que solo interpretan, en tu caso compones también. ¿El compositor nace, se hace o ambas cosas?Javier A. - El compositor nace de un tipo de vicisitudes. Hay gente que nace con oído, sensibilidad o ritmo. En mi caso alguna de estas cosas me vino dada quizás a nivel genético, por parte de mi padre que era un buen músico y la sensibilidad de mi madre.
Grupos como The Clash, recogen en sus temas toda la esencia de las calles del Londres de su tiempo. En muchos de vuestros temas recogéis la esencia del viejo Oeste. En una época en la que se hacía de todo ¿qué motivo a Javier y a “La Frontera” a encarrilarse en esta línea de corte rock-country tan personal.
Javier A. -La verdad es que fue y sigue siendo divertido hablar en clave del Oeste de cosas tan íntimas como la amistad y la vida. Es como un juego, supongo que influido por las montañas de mi niñez en Cercedilla, las películas de Sergio Leone y Bob Dylan.
¿Con quién o qué banda, sin compartir estilo musical, te hubiese gustado o gustaría subir al escenario aunque solo fuese por experimentar o divertirte?
Javier A. - Una de las personas que más admiro y que me encantaría compartir escenario con ella es Jhonny Winter y como no, el maestro Santiago Auserón.

La versión de “Tainted Love” de Sofl Cell cara “B” del single, sorprendió catapultándose a las lista de éxito. En tu caso ¿hay algún tema que sin apuntar dio en el blanco?
Javier A. -Supongo que “El límite”. No tenía ni idea que pudiese llegar a tantas personas estando compuesta solamente para una: José Battaglio
¿Qué dispara la bala de la creatividad en Javier?
Javier A. -El amor y el desamor.
La primera vez que escuche el tema “El Pantano” casi puede tocar el agua; es increíble como vuestra música nos transporta a diferentes lugares, recreando los espacios y ambientes que se generan en torno a una situación con las notas, como pocos artistas son capaces. Si tu carrera hubiese derivado hacia la pintura y te tocase dibujar con colores, formas y volúmenes en vez de con notas, ¿en qué estilo la hubieses encuadrado?
Javier A. -En un cuadro romántico del Siglo XVIII , con toda la niebla y tristeza del mundo. Algún pintor francés de la época . La canción no tiene nada de abstracto. Es la historia de un asesinato . Ficticio.

La primera vez que escuche un CD me dejó helada, sí, una gran calidad de sonido pero ¿dónde estaba esa fantástica y cálida atmósfera que envolvía al vinilo? ¿Qué aportó para ti, el formato CD a la música y de qué nos privo al desaparecer el vinilo?
Javier A. -La desaparición del vinilo fue una auténtica catástrofe tanto a nivel cultural como económico. A nivel cultural porque se ha perdido el romanticismo de ahorrar para conseguir las canciones que querías, sacar el disco de la funda, admirar la obra de arte que es ... En definitiva adorarlo. Hoy en día con las descargas gratis la gente tiene facilidad absoluta de tener toda una enciclopedia musical que en muchos casos ni se valora ni se escucha porque no ha costado esfuerzo conseguirlo. A nivel económico , cantidad de pérdidas de puestos de trabajo.
Los artistas y vuestra música, no solo sois una forma de ocio, hay varios ejemplos de movimientos musicales que han abanderado nuevas causas, una especie de pegamento cultural, que nos unía en torno a una idea o sentimiento común. Una necesidad que hoy en día se suple muchas veces a través de la red con mensajes teñidos de imágenes que aglutinan nuestras emociones ¿sientes que eso sigue siendo así o ha perdido la música ese poder?
Javier A. -En los ochenta la música estaba por encima de la industria del automóvil y era el catalizador de todas las emociones de la gente, tanto joven como adulta . Hoy por desgracia es el fútbol.

Javier A. -Simplemente a la hora de grabar un concierto en vivo, que es lo que vamos a hacer con la conmemoración de los treinta años que llevamos, vas vendido. Todo es cuestión de que salga bien y ahí está la gracia. En las grabaciones en vivo lo más interesante son los fallos . Por eso son únicas e irrepetibles. Esperamos contar con Carlos Narea y con Santiago López para este cometido . Con ellos saldrá todo perfecto.
A la hora del directo ¿en qué tipo de escenario te sientes más cómodo? “disparando a ciegas con un “colt” en cada mano” o en un “duelo a corta distancia”, donde las miradas se cruzan?
Javier A. -La verdad es que me he acostumbrado a hacer todo tipo de shows y me siento siempre como pez de el agua.
¿Hay algún tema guardado en la recamará con el que nos sorprenderás en ese próximo proyecto?
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Los grandes temas, siempre son una fuente de la que beber. Desde ese primer trabajo hasta ese último y personal “Rivas Creek” más lo que falta por llegar ¿qué legado sientes que dejará tu música a las generaciones posteriores de artistas?
Javier A. Supongo que retomaré algunas clásicas que no solemos hacer y varias del último disco “Rivas Creek”.
Javier A. -Pues el legado de la honestidad, de la ficción, de la realidad y de la diversión.
Y una última muy personal: ¿has encontrado la tecla del cerebro que conecta con el alma a través de tu música?
Javier A. -Creo que cada canción tiene su espacio y su tiempo según el momento y la manera de ser de la persona que la escucha .
Acudo a un segundo concierto. Esta vez en formato trío y con Tony Marmota al bajo. Los temas se visten de rock y sin dar tregua, con un “cañero” despliegue de diversión, “La Frontera” hace gala de su lado más autentico con contundencia y aplomo. Como bien remarca Javier, es lo grande del directo, no hay dos momentos iguales.
La Frontera se encuentra a día de hoy, en plena celebración de su treinta aniversario, imparables en sus giras, y con un directo contundente. Es verano, Madrid se llena de conciertos, con la reciente incorporación de Harry Palmer, suenan potentes, con toda la intensidad Fronteriza, salpicados muchos de sus temas de un punto oscuro que rescata notas del mejor sonido punk Londinense. Un verdadero placer ver como los más jóvenes cantan y bailan sus temas más emblemáticos como si estuviesen recién lanzados al mercado. Temas que traspasan generaciones sin perder ni un ápice de su frescura ni de capacidad de transmitir. Esa es "La Frontera" que marca "El Límite" de la verdadera calidad.