UNA
INQUIETANTE CANTANTE: EL PODER DE UNA IMAGEN
Este pasado sábado estaba en el probador con una novia, se estaba
mirando al espejo, radiante con su traje, de pronto, las lágrimas
recorrieron su rostro, salto de la tarima y me abrazo, gracias...
No
es la primera vez que se da una situación similar, te hace sentir
humana, tremendamente humana, participar de lo que es importante
para el otro hasta el punto de ser capaz de compartir
las emociones que genera él. Esa empatía, que nos hace intercambiar
sentimientos es una de las cosas que nos separa de las
máquinas.
Pero
¿Podría una imagen sin soporte real provocar empatía en nosotros?
¿podríamos llegar a idolatrarla?
Dos
obras maestras de la literatura, "El Retrato de Dorian Grey"
de Oscar Wilder, donde la belleza exterior escode un perverso
interior y la "Metamorfosis" de Franz Kafka, donde un
exterior deshumanizado, oculta un alma llena de belleza, abordan
junto a otros temas, el complejo mundo del poder de la imagen.
Los
tres planos de la realidad, lo que se supone que es, lo que nos
gustaría que fuera, y lo que realmente es, se superponen de forma
muy clara en la figura de los artistas que admiramos. Estos proyectan
sobre nosotros una imagen más o menos trabajada, transformándose de
simples humanos a ídolos, artistas sobre los que dejamos volar
nuestra imaginación convirtiéndolos en lo que nosotros queremos,
artistas que se esfuerzan por proteger su verdadero rostro.
El
vídeo "Blue Jean" del genial y camaleónico David Bowie,
es una muestra de este complejo juego de planos reales.
Lo
percibamos de manera mas o menos acertada siempre hay un ser real
detrás de la imagen, esta se sustenta sobre un soporte humano, real.
Pero
¿qué hay detrás de la "cantante" Hatsune Miku? cuantos
de nosotros podrían llegar a admirarla fuera de la mera curiosidad y
sorpresa que siempre nos produce un avance tecnológico?
¿Es
tan solo una moda pasajera consecuencia de la cultura anime y las
relaciones por la red, o una verdadera tendencia en la que también
la sociedad occidental terminará sumergida?
Yo lo quiera o no, soy de esas personas que siguen
prefiriendo disfrutar de la vida con los cinco sentidos.
Matilde Párraga
Matilde Párraga